Cuando veo
Los cielos
Obras de tus dedos
La luna
Y las estrellas
Que tu formaste
Digo yo
¿Que es el hombre?
Para que
Lo tengas
En memoria
Y el hijo
Del hombre
Para que
Lo visite........
Letras inspiradas en el Salmo 8
Este es un cántico que escuchaba en los cultos del Colegio Evangelico Central. Aunque no todos lo saben, toda mi infancia fue forjada dentro del protestantismo, hasta que luego de adulto tome la decisión de ser católico con todas las de la ley. Debe de ser de los pocos cánticos, o quizás el único, que se me ha quedado grabado en la memoria de aquella etapa de mi vida. Tal vez por su música o por la facilidad de sus letras.
Luego de cantarlo por muchos años sin poner atención a su letra, un día comprendí el profundo mensaje encerrado en ellas: cuan grande es el amor de Dios; que majestuosas son sus obras, solo vasta con mirar un poco a nuestro alrededor, los colores de la madre naturaleza, la diversidad de los animales, las profundidades de los mares, lo grande que es este mundo. Y en medio de todo esto, estamos nosotros, la mas perfecta criatura de toda la creación hecha a su imagen y semejanza. Es tan perfecta su obra, que nos ha dejado el libre albedrío, nos ha dejado a nosotros tomar la decisión de seguirle o ignorarle. A veces me pregunto ¿y nosotros nos merecemos tanto amor? ¿tanta misericordia? ¿tanta bondad?
Pues justo ahí radica lo maravilloso, y es que por nuestros propios méritos no lo merecemos. Es justo ese amor único de El por nosotros lo que hace que todo esto sea maravilloso, y que los que creemos en El, confiamos en El, vivimos de acuerdo a lo que nos manda su hijo, este mundo con todo sus problemas y tribulaciones, nos parece maravilloso.
Y es a los cristianos que nos toca intentar hacer un mundo mejor, para nosotros, para nuestros hijos y para las futuras generaciones. Debemos ser solidarios, caritativos y sobre todo compartir con los demás el amor que llevamos dentro. Así que, aunque estos son momentos difíciles, este mundo es maravilloso, no lo olvidemos nunca
Los cielos
Obras de tus dedos
La luna
Y las estrellas
Que tu formaste
Digo yo
¿Que es el hombre?
Para que
Lo tengas
En memoria
Y el hijo
Del hombre
Para que
Lo visite........
Letras inspiradas en el Salmo 8
Este es un cántico que escuchaba en los cultos del Colegio Evangelico Central. Aunque no todos lo saben, toda mi infancia fue forjada dentro del protestantismo, hasta que luego de adulto tome la decisión de ser católico con todas las de la ley. Debe de ser de los pocos cánticos, o quizás el único, que se me ha quedado grabado en la memoria de aquella etapa de mi vida. Tal vez por su música o por la facilidad de sus letras.
Luego de cantarlo por muchos años sin poner atención a su letra, un día comprendí el profundo mensaje encerrado en ellas: cuan grande es el amor de Dios; que majestuosas son sus obras, solo vasta con mirar un poco a nuestro alrededor, los colores de la madre naturaleza, la diversidad de los animales, las profundidades de los mares, lo grande que es este mundo. Y en medio de todo esto, estamos nosotros, la mas perfecta criatura de toda la creación hecha a su imagen y semejanza. Es tan perfecta su obra, que nos ha dejado el libre albedrío, nos ha dejado a nosotros tomar la decisión de seguirle o ignorarle. A veces me pregunto ¿y nosotros nos merecemos tanto amor? ¿tanta misericordia? ¿tanta bondad?
Pues justo ahí radica lo maravilloso, y es que por nuestros propios méritos no lo merecemos. Es justo ese amor único de El por nosotros lo que hace que todo esto sea maravilloso, y que los que creemos en El, confiamos en El, vivimos de acuerdo a lo que nos manda su hijo, este mundo con todo sus problemas y tribulaciones, nos parece maravilloso.
Y es a los cristianos que nos toca intentar hacer un mundo mejor, para nosotros, para nuestros hijos y para las futuras generaciones. Debemos ser solidarios, caritativos y sobre todo compartir con los demás el amor que llevamos dentro. Así que, aunque estos son momentos difíciles, este mundo es maravilloso, no lo olvidemos nunca
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